En la vida cotidiana, las reacciones químicas están presentes de manera constante. Desde la respiroción celular que ocurre en los seres vivos, hasta la combustión que sucede al encender un fosforo, o la oxidación que causa que el metal se oxide con el paso del tiempo. Los cambios que se producen en estas reacciones pueden ser físicos, como la liberación de energía en forma de calor o luz, o visuales, como la formación de burbujas, cambios de color o precipitados.
Para identificar una reacción química, es necesario observar ciertas señales clave: la emisión de gas, cambios en la temperatura o color, la aparición de un sólido en una solución líquida (precipitado), o la liberación de luz. Estos fenómenos son indicativos de que una transformación a nivel molecular está ocurriendo, resultando en la creación de nuevas sustancias con propiedades distintas a las originales. Las reacciones químicas, por tanto, no solo son importantes para los procesos industriales y biológicos, sino que también están integradas en los eventos cotidianos que nos rodean.